El cierre de las fronteras en lugares como España ha supuesto redirigir el punto de mira del turismo hacia el turismo local. Esto ha permitido centrarse en los intereses de la gente del propio lugar y ampliar y reconvertir, en consecuencia, la oferta de actividades culturales. Este ha sido el caso de Barcelona, donde han nacido en pleno confinamiento multitud de nuevas empresas enfocadas hacia el turismo.
En Rusia, aunque no se ha sufrido el cierre de fronteras, se ha querido aprovechar también la excepcionalidad del momento para repensar la oferta de cultura y diversificarla. Además, se han desarrollado multitud de ofertas culturales nuevas, (sobre todo, locales). Un ejemplo de ello es Kazán, donde se está trabajando para desarrollar un turismo alrededor de su rica gastronomía.
Daria Sannikova: “El año pasado obtuvimos el título de capital gastronómica de Rusia y a lo largo de este año lo hemos estado registrando y formalizando, haciendo todos los trámites necesarios, porque nosotros consideramos que la cocina de Tatarstán y Kazán puede atraer más gente a nuestra ciudad”.
La situación de la pandemia ha traído consigo, además, la necesidad de adaptar los antiguos formatos a la virtualidad. Este es el caso, por ejemplo, de las clases presenciales, que han pasado a realizarse en línea, o del turismo, que se ha visto obligado a trasladarse a las redes sociales en la medida que le ha sido posible. En este sentido, la situación actual ofrece nuevas posibilidades de crecimiento, pues ha exigido el desarrollo de tecnologías virtuales en forma, por ejemplo, de programas interactivos o museos y excursiones virtuales.
Mateo Asensio: “Eso (la pandemia) nos produjo un parón. Y en lugar de cruzarnos de brazos y esperar a que las fronteras se abran o que a lo mejor vuelvan de nuevo, fue un parón que quisimos aprovechar”.
Sin embargo, advierte Igor Vorobey, hay que distinguir el "tráiler" del "spoiler", es decir, no hay que abusar de estas tecnologías, sino que deben convertirse en herramientas para atraer a futuros turistas. Hay que tener presente que la tecnología no puede, al menos todavía, sustituir la experiencia de lo que se visita y, por tanto, no solo hay que centrar los esfuerzos en trasladar el turismo al ámbito virtual, sino también tratar de mejorar el turismo real. Así lo asegura también Asiya Timiryasova.
Asiya Timiryasova: “Hemos incluido toda clase de canales de percepción antes nunca puestos en juego. Tenemos museos virtuales, tenemos excursiones y estamos ampliando el público. Pero, según mi punto de vista, esto nunca va a sustituir el contacto inmediato con los objetos turísticos”.
En esta dirección, tanto España como Rusia tienen aspectos a mejorar. Por un lado, España puede trabajar en ofrecer una imagen exterior más completa, donde se prioricen nuevos formatos de turismo para captar visitantes cada vez más exigentes. En Rusia, por su lado, cabría trabajar en el coste de los viajes, poco asequibles para los jóvenes, y en la mejora de sus infraestructuras.
Ricardo Marquina: “Viajar a Rusia no es barato. <…> es extremadamente caro, incluso para los rusos. Rusia tiene aquí muchísimo trabajo por delante. Es una pena que no esté todavía conseguido, porque Rusia tiene un potencial turístico increíble: los paisajes similares a los de Japón en Vladivostok, Kamchatka y Sajalín y la taiga del Árctico tienen una capacidad increíble”.
Con todo, resulta indispensable estudiar el perfil del turista, que cada vez busca realizar un turismo más personalizado y fuera de las rutas clásicas. Sin embargo, no cabe esperar un cambio súbito en sus intereses, pese a la pandemia y antes de eso, lo más probable es que con el tiempo el turismo vuelva progresivamente a su normalidad. Es cuestión de trabajar para que esto suceda lo más pronto posible.
Mateo Asensio: "Siempre pongo el ejemplo de que los restaurantes cerraron en Paris durante la Segunda Guerra Mundial, pero un mes de junio volvieron a abrir todos, es decir, de alguna manera la gente se lanzó a las calles. En este caso, insisto, será un poco más progresivo, pero nosotros confiamos en que realmente vamos a volver y el turismo cultural lo hará en mayor potencia”.